Educación, competitividad y ajedrez


Bernardo Gutiérrez
Bernardo Gutiérrez Ripoll
 
Me encontraba el otro día en un campeonato de ajedrez charlando sobre la importancia de la difusión del ajedrez por parte de los medios de comunicación, y sobre las virtudes y/o beneficios que aporta nuestro deporte en el ámbito educativo, cuando una amiga comenta una cosa que le acaeció a su hijo: Su profesora de educación física le había puntuado bajo argumentando que el alumno era demasiado competitivo y no sabía perder. Esto abrió un debate y su posterior reflexión que aquí trato de plasmar.
 
Lo primero que me llamó la atención fue la argumentación de la profesora: “demasiado competitivo” y “no sabe perder”. Esto me llevó a dos reflexiones.

En primer lugar, esta profesora no conoce a sus alumnos o desconoce que es el ajedrez. El ajedrez es un juego honorable, en el que el jugador ha de aprender a perder para llegar a ser un buen jugador, y así lo decía el campeón del mundo José Raúl Capablanca: “Puedes aprender mucho más de una derrota que de una victoria. Tendrás que perder cientos de partidas antes de llegar a ser un buen jugador”. Luego el ajedrecista, conoce lo que es perder y convive con ello a diario.

Segundo, el pésimo sistema educativo que tenemos en España que se encarga de formar en la mediocridad, en la ley del mínimo esfuerzo y en la filosofía de no crear traumas a los niños, siguiendo el criterio de “lo importante es participar” en lugar de “hay que esforzarse para ganar”.

Los informes internacionales ponen de manifiesto el bajo nivel académico de los estudiantes españoles, con lo que demostramos ser menos competitivos que el resto de países. Esto se debe a nuestro maravilloso sistema educativo que se dedica a premiar al mediocre y, hundir y ralentizar al que destaca. Un sistema que educa, llevando a extremos absurdos paradigmas psicológicos donde la derrota puede crear un trauma irreversible, en lugar de aprender de las derrotas y esforzarse para obtener mejores resultados. Además, un sistema que se retroalimenta de mediocridad, porque los estudiantes de hoy, serán los profesores de mañana.
 
España necesita ser más competitiva, y el primer paso es cambiar el sistema educativo, con el consecuente cambio de mentalidad de la sociedad. Un sistema que eduque en la competitividad, porque la vida es competitiva, como el ajedrez ó el ajedrez es competitivo como la vida. Un sistema que premie los buenos resultados y no encasille ralentizando a los escolares por razón de edad, sino que los estructure por capacidades y conocimientos. Y, por supuesto, una verdadera carrera profesional, y competitiva, del profesorado para mejorar así la calidad de los docentes y de la educación en general.
 
Y aquí es donde entra el ajedrez, que puede ser una herramienta para la construcción de un nuevo sistema. Ya que, en palabras del MI Bernardo Rosselli: “El ajedrez es como el juego de la vida, donde siempre vamos a encontrar a uno mejor que nosotros y también a alguien que juega menos.”
 
El ajedrecista es conocedor de la realidad de la vida, porque la vida es como el ajedrez, una vida competitiva donde siempre habrá alguien mejor y alguien peor. Donde hemos de aprender mediante el esfuerzo y la competitividad a mejorar si queremos llegar a lo más alto en la guerra del tablero, que, en el fondo, es la guerra de la vida.


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About Miguel Álvarez

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30 comentarios :

  1. Antes de nada agradecerte este, tu primera colaboración en este blog.

    En lo referido al artículo, algunos ingénuos dirán que es una dura crítica del sistema educativo de este país, para mi no es otra cosa que una dura realidad.

    Ciertamente, la vida es competición, al igual que el ajedrez y todos los deportes, eso sí, en el nuestro, se exige ser un caballero, se exige dar la mano a tu rival antes de la contienda, al igual que al final de la misma, se te "obliga" a competir, pero desde el respeto, el talante y el saber estar.

    Creo simplemente que tu escrito es formidable.

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    1. Gracias una vez más por brindarme la posibilidad de colaborar con alguna de mis pequeñas reflexiones (o como algunos lo llaman o llamarán “críticas”) en uno de tus blogs.

      Intentaré en la mayor brevedad, sacando tiempo del poco que tengo, ir contestando los comentarios que tus seguidores han tenido a bien hacer en esta entrada.

      Un saludo

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  2. Si también debemos cambiar a todos los políticos que gobiernan el mundo,porque lo hacen fatal todos y digo todos sin excepción de nínguno

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    1. Pau gracias por comentar, ¿pero qué opinas del tema del post? Crees que sería bueno educar en una forma más competitiva? Eso sí, desde la educación y el respeto, como en ajedrez. Tu opinión por ti vinculación a la docencia es importante.

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    2. Bien, como profesor de secundaria creo que puedo decir algo (más que como aficionado o como árbitro de ajedrez).

      En general, se ha perdido toda esencia competitiva. Antes había campeonatos intercentros de muchos deportes (por supuesto que cada colegio preparaba su selección de ajedrez), incluso ligas entre equipos. Había incluso más concursos literarios, de poesía, de dibujo...

      Es decir, la competitividad, no sólo la deportiva, ha descendido. Además, hemos vivido una etapa de "todo gratis", en la cual las actividades extraescolares no tenían como fundamento el conseguir que los niños desarrollasen alguna capacidad extra, sino que eran meros "aparcamientos" de niños.

      Esta situación da como resultado que los niños se aburran del ajedrez antes incluso de llegar a la Secundaria (y quien dice del ajedrez, dice del baile flamenco o de la banda municipal).

      Es decir: en el momento en que el niño o la niña consiguen ganarle a su padre al ajedrez, o saben tocar tres o cuatro marchas procesionales, o saben bailar sevillanas... se acaba todo. No se busca perfeccionar, seguir más allá, competir...

      Y es que para competir o para mejorar resulta que... ¡hay que pagar!

      Mientras que la sociedad actual piense que lo público no cuesta nada, no se le dará el valor que realmente tiene. La gente sólo busca lo fácil y por eso se pierde toda esencia competitiva. Y si la legislación o los poderes públicos no fomentan esa competitividad, nos seguirá luciendo el pelo: porque de la propia sociedad, no sale...

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    3. Pau, gracias por pasar y haber leído mi entrada, pero como bien dice Miguel me gustaría conocer tu opinión respecto al tema, más que la crítica fácil de la clase política.

      Podríamos debatir sobre ese tema, seguro que en algunos, o muchos, aspectos estamos de acuerdo, pero realmente este post no es el lugar de debatirlo.

      Un saludo

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    4. Enrique gracias por tu comentario.

      Estoy de acuerdo contigo en que es un tema social: la mentalidad española del todo gratis y la ley del mínimo esfuerzo.

      Un saludo

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  3. SIN ANIMOS DE POLEMIZAR… O SÍ (I)
    Escribe el buen amigo Bernardo unas reflexiones sobre un acontecimiento que ha vivido y que le ha dado pie a tratar un tema bajo mi punto de vista capital.
    Como digo en el titulo de este comentario, no intento polemizar… o quizás sí, ya que si no, no escribiría y seguiría con mis reflexiones…
    En primer lugar aquello que comparto de tu artículo, Bernardo.
    El sistema educativo que tenemos en este país es sencillamente horrendo, sin duda. Los porcentajes oficiales de fracaso escolar rondan el 35%, esto los oficiales. Los que llevamos casi dos décadas en las escuelas ( y no solo en una sino en muchas y de diferentes comunidades del estado), sabemos a ciencia cierta que el tanto por ciento debe rondar el 50%. Es verdad, que tendríamos que definir qué significa fracaso escolar y como lo medimos, pues si primero no definimos será muy subjetivo poder aplicar instrumentos de mesura. Otro punto importante a definir es hasta donde acotamos el fracaso escolar. Hasta primaria? Hasta la ESO? Hasta el bachillerato? Hasta la Universidad?

    Entiendo, que hablamos de fracaso escolar cuando nos acotamos a nivel de primaria, máximo ESO. Estamos de acuerdo?
    Si es así, para mi fracaso escolar en estas etapas supone que los alumnos salen de este periodo de formación sin lo que yo llamo conceptos básicos, a saber;
    • Análisis propio y crítico de las cosas. Libertad de pensamiento
    • Personas con unos valores ya inculcados, por ejemplo, el respeto, el valor, la dignidad, el esfuerzo, la empatia y el conocimiento al menos básico de que forman parte de un todo llamado sociedad.
    • Conocimiento al menos a nivel elemental de las herramientas que le pueden hacer avanzar, a saber;
    o Conocimiento de la propia historia
    o Conocimiento de los mecanismos matemáticos básicos
    o Conocimiento de la literatura y música clásica
    Entonces cuando evaluó y mido estas competencias me doy cuenta, que el fracaso es absoluto y los porcentajes oficiales se quedan muy cortos. Por lo tanto en tu análisis del sistema educativo vengo de acuerdo, aunque posiblemente el porqué de ello, pueda ser diferente.
    Nuestro sistema educativo, como otros aspectos de nuestra sociedad, vienen de un pensamiento y una filosofía cristiana, donde el “cielo” se gana por el comportamiento no por el esfuerzo. Si nos fijamos en las sociedades anglosajonas, que vienen de una filosofía calvinista, veremos que allí lo que se premia y como se consigue el “cielo” es a través del trabajo. Pues bien, todavía hay residuos en diferentes capas de nuestra sociedad de ese pensamiento.

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  4. SIN ANIMOS DE POLEMIZAR… O SÍ (II)
    Competitividad: Que significa eso, amigo Bernardo? Me gustaría que lo explicaras. Que es para ti la competitividad? Porque tengo la sensación, que últimamente (no me refiero a ti) se utiliza con demasiada frivolidad igual que la palabra amor. A los que no sean competitivos, que hacemos con ellos? Guetos? O como dice Manolo Garcia, “a galeras a remar”.
    Ahora estamos bajo la daga de la competitividad, de yo mejor que tú y tu peor que yo. De la lucha encarnizada para saber quién es el mejor, Messi o Ronaldo. De quien más gana, de quien más posee… Recuerda, para que tu ganes yo debo perder, sin mi derrota no existe tu victoria.
    Pero al mismo tiempo tenemos una sociedad donde cada día aumentan las personas con problemas mentales, el número de suicidios aumenta exponencialmente (muchas muertes disfrazadas de forma natural son auténticos suicidios), la soledad se palpa nada más que salgas a la callle, personas que buscan en los libros de autoayuda un sentido al porque vivir, aquellos que oficialmente triunfan los tenemos en las consultas de psicólogos y coaching, que les tienes que decir lo que deben hacer y como soportar este camino de cruces...
    Las nuevas tecnologías (yo soy un defensor de ellas) se están convirtiendo en celdas donde el pensamiento único se va imponiendo, haciendo que nuestro mundo se reduzca a unos cuantos metros… la de nuestra mesa de ordenador.
    Creo en el hombre libre, y en una educación en libertad que tenga como objetivo hacer mejor personas, en el sentido clásico, griego. Si es eso a lo que te refieres con competitividad estoy de acuerdo… si no, no.
    En cuanto al ajedrez, evidentemente es una herramienta de primer orden, pero recuerda que las mejores herramientas, el hombre en su afán de superación, de mostrarse the King of the world, lo que hace es destrozar aquello que le rodea. Los antibióticos son productos que pueden curar muchas vidas, pero también generar guerras biológicas que matan a millones de personas.
    Ya sabes que opino que el ajedrez puede ser una herramienta fantástica, pero como todas, debemos saber quien la utiliza y como. Tenemos demasiados ejemplos cercanos de cómo algunos monitores, entrenadores y padres pueden destrozar ilusiones y lo que es peor, vidas.
    Pero también, veo ahora mismo la cara de los niños que sonríen, que me paran por la calles y me cantan canciones, o aquellos que ya pasaron y ahora de adultos, se acercan y te dice “que bonito es ser libre, Pep”.
    Un abrazo muy fuerte
    Pep Suárez

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  5. Yo siempre he mantenido que lo importante es ganar, y que por supuesto para ganar hay que participar. Cuando hacia este comentario con el resto de los padres estos me miraban como a un bicho raro, ¿Pero como le puedes inclucar eso a tus hijos? Cuando me traen un 9 en mates o cono por supuesto que los felicito pero tambien les pongo de manifiesto que no entiendo porque no sacan el 10, si los conocimientos que se les enseñan deben aprenderselos en su totalidad. Vivimos en una sociedad muy hipocrita, pues nos conformamos con la mediocridad cuando solo los mejores triunfan. Como antes dije, lo importante es ganar, aunque hay que saber perder.

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    1. ¿ Cómo vas a saber perder si lo realmente importante es ganar? Lo siento, pero no creo que sea posible. Si sabes perder es porque hay más cosas importantes además de ganar.

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    2. Saber perder, es no menospreciar al adversario, es no formar una pataleta y lloros, es aprender del error que te llevo a la derrota, es comprender que el oponente tambien desea la victoria, es ser consciente de que nos eres invencible solo por el hecho de ser tu. Eso es saber perder

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    3. Estoy bastante de acuerdo contigo y creo que todo eso que defines como saber perder es más importante que ganar.

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  6. Cuando pueda buscaré los comentarios de dos conocidos monitores almerienses, M.A. y J.G, enzarzados hace unos meses en mostrar su empeño por dejar mochos de competitividad a sus pupilos...

    Ambos monitores servían ciegamente a la ideología dominante. Yo sabía que decían una cosa en público y pensaban otra distinta en privado. Intervine e hice mi comentario... Percibí lo fuerte que es esa ideología, que obligaba a M.A. y a J.G. a emitir mensajes "correctos", pese a sus íntimas convicciones.

    El ajedrez supone la búsqueda de una cierta verdad; búsqueda en la que intervienen dos. Es una búsqueda difícil.

    El deporte es competición aunque no todos coinciden "contra" qué se lucha. Para mí tiene tres condiciones iniciales: ganas de vencer; reglas; y juego limpio. Las reglas y el juego limpio son el bisturí necesario que hace posible el deporte.

    Simpatizo con lo que dice finalmente Bernardo pero yo me preguntaría por donde iban los tiros de aquella profesora de educación física. ¡Cuidado con las débiles herramientas que son las palabras! ¡Cuidado con las palabras de la mamá que nos habla de la injusticia cometida con su hijo! ¿Aquella profesora puntúa bajo porque considera malo ser muy luchador? ¿O puntúa bajo porque aquel niño se salía de las reglas deportivas o despreciaba al oponente?

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    1. Guillermo, ten en cuanta cuando busques esos comentarios y los releas, que hay monitores, me incluyo, que no enseñamos a jugar al ajedrez, a competir ajedrez, enseñamos ajedrez...y la diferencia debe tenerse siempre en cuenta. No enseño a competir, pero no fomento la mediocreidad, si mi alumno quiere competir, que lo haga, pero que gane, k no diga eso de lo importante es pasarselo bien, uno se lo pasa bien si gana...

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    2. Ya sé que a Guillermo le gusta suscitar un debate sano, a costa quizás de tener que "picar" al resto para que se mojen.
      Yo no me pico, pero como soy hombre de playa, me mojo:
      Estoy muy en la línea de Bernardo, pero quizás él no se ha aclarado lo suficiente, ya que no sabemos a ciencia cierta si está quejándose del sistema educativo, del sistema legal (por aquello de proteger al menor) o simplemente del espíritu competitivo de la sociedad actual. Para no extenderme mucho, iré al grano: Javi Garrido como persona quiere que el ajedrez sea una herramienta educativa que ayude a nivel académico, como herramienta preventiva, que ayude a gente mayor (o de cualquier edad) en tener una mayor capacidad cerebral...pero como monitor quiero que mis alumnos (además de las otras herramientas válidas) ganen y para que ganen, tienen que competir y para competir no me valen las medias tintas. Esto no significa que tenga que hacer como en la edad media (matar a los tullidos) significa que no van a competir a un máximo nivel.

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    3. Madre mia javi! ¡K HAS HECHO! esto es medio darle la Razón a Guillermo y si es peligroso cuando la tiene, cuando no la tiene y se la medio damos, es aún peor! ahora tendremos que sufrir su azote!

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    4. Estoy ansioso. Cuando la espuma sube mucho...se diluye aún más rápido.

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  7. Bien, como veo que el debate no está sobre el sistema educativo: todos opinamos que es muy mejorable.

    Pasemos a la competitividad. Llamémosle no competir sino... ¿participar? Lo importante es participar. It's more fun to compete (como decían los antiguos videojuegos que animaban -para ganar más dinero- que no jugase uno sólo contra la máquina, sino entre dos personas).

    Pero es que tampoco se dan las condiciones para que haya participación, porque apenas hay organización. Repito que no hay eventos, certámenes, concursos.. de nada. Si no se fomenta la participación no puede haber competitividad. Y llegamos a esa contradicción: para que Fulanito no machaque a Menganito, mejor que no compitan.

    Veo muy adecuado el enfoque "calvinista". Si has trabajado bien y no has ganado mereces una recompensa. Pero en nuestro enfoque español si no ganas no eres nadie. Ahí está el problema. Una vez que hacemos una competición, a los perdedores ni un detalle, ni un obsequio ni nada: ni siquiera unas palabras de ánimo. Y esa es nuestra esquiva y sesgada visión de la competitividad.

    Y claro, si el perdedor es tratado como un paria y como un desgraciado, claro que luego tendrá ganas de suicidarse.

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  8. Estoy de acuerdo en centrarnos en la definición y a continuación en las “consecuencias” de competir.

    Empecemos por definirlo, trataré de hacerlo de una forma muy simple. Competir es manifestar una voluntad permanente de victoria y mantenerla durante todo el proceso deportivo. Quizá no sea una definición muy ortodoxa pero nos servirá.

    Con un ejemplo pràctico lo veremos más fácilmente. La derrota, la derrota es la prueba empírica para saber la capacidad competitiva real de una persona en este caso de un niño en edad escolar que juega al ajedrez. Un niño (y cualquier otra persona) realmente competitivo después de una derrota se centra en analizar las causas, esforzarse y “aprender” para no volver a perder o al menos no volver a perder de la misma manera, la voluntad competitiva (en el sentido de intentar evitar perder) le impulsa a ello y tendrá un efecto colateral altamente beneficioso. Aprenderá.
    El símil en deportes de ejercicio físico sería aquél que practica deporte de ejercicio físico con ánimo competitivo y con ello se beneficia de la práctica del ejercicio físico tiene para la salud en general.

    Aquí tenemos que hacer la primera distinción importante. Un niño que reaccione de forma desagradable ante una derrota lo que demuesta es que tiene “corazón deportivo” o simplemente mal perder. Aquí resulta más difícil precisar al igual que es difícil precisar la diferencia entre valentia y temeridad, prudencia y cobardía, etc. pero seguro que nos resulta fácil identificar ciertos elementos. Niños que hacen un gesto de tirar las piezas al consumarse la derrota o bien se ponen a llorar desconsaladamente, o bien expresiones de rabia, como puños apretados, etc. Todo esto debe, siempre que haya suficiente información e interpretada correctamente, nos debe poner sobre la pista de cual sería la definición correcta de la actitud con la que el niño reacciona a la derrota, algo que en un comentario a un reciente artículo de temática similar alguien calificó como “una patada a tu ego” (el ego del niño).
    Por contra tenemos también tenemos otro tipo de gestos... muestra de despago pero sin àpice alguno de agresividad, ilusión intacta por seguir practicando/jugando en la sesión/clase/entrenamiento siguiente a la prueba deportiva que ha tenido como resultado la derrota, interés por el resultado de otros jugadores/compañeros, etc.

    Continua...

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  9. Estoy totalmente convencido que el papel correcto de un monitor deportivo/profesor académico en esta situación lo que debe hacer es observar y, en la medida que sea posible, tratar de orientar las energías que todo niño posee y muestra al participar en una actividad para canalizar de una forma constructiva.
    Es decir que la exigencia competitiva le impulse a esforzarse para mejorar pero sin obsesionarse y sin sobrepasar ciertos límites como por ejemplo anteponer el éxito deportivo a otras cuestiones como los estudios, la relación con sus padre/madres herman@s, etc.

    Comentaba Pep Suarez que para haya un ganador debe haber un perdedor y por tanto la competitivad en su expresión más directa y palpable que es la victoria deportiva tendría siempre uno (o más) damninificados... los perdedores.

    Vamos a ver... aquí la cuestión debe enfocarse correctamente, en mi caso, y seguro que las demás personas relacionadas con el ajedrez escolar, he visto mutitud de caso, tanto niños que han asistido a un curso de ajedrez y que “no aguantan” una partida y se autoderrotan para acabar más pronto, como niños con un nivel y actitud “bajos” que estimulados por la competición escolar, el ambiente, otros niños “desconocidos” que juegan e intentan ganar(te), etc. han empezado a “interesarse” por el resultado y a ser receptivos a la exigencia implicita del juego... ganar una partida con varios peones contra una torre... después perder la siguiente ronda... acabar sobre la mitad de la clasificación en un torneo “del montón”, y sin duda haber disfrutado del juego y querer participar en el siguiente... y lo más importante, ver como se esfuerza, dentro de sus posibilidades, por conseguirlo, como ahora ya gana “al toque” finales elementales, como presenta cierta resistencia en posiciones inferiores, como se interesa por conocimientos rudimentarios de apertura, como empieza a expresar opiniones sobre jugadas (sobre posiciones únicamente las derivadas del recuento de material), etcc.. estoy hablando de niños de Primaria (sub-12) o como máximo sub-14... ahora bien si viene su madre/padre y me dice: “Me interesaría que participase en competiciones para ganar y (quizá) se hiciese jugador de ajedrez “fuerte”... ¿cómo lo ves?” y tengo que serle sincero... “Muy difícil, la verdad... según el binomio esfuerzo-recompensa, seguro que vale la pena?” (téngase en cuenta que a mi personalmente me interesaría que se decantase por esta actividad porque sería un alumno más).


    En fin, la competitividad como los alimentos salados... en general es más gustoso un dulce “que le gusta a todo el mundo”... lo salado gusta menos y hay gente a la que le gusta y gente a la que no... por lo demás como otro alimento cualquiera, ingerir en cantidades adecuadas.

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  10. Parece que no viene a cuento, pero el titular del MARCA sobre el partido de España puede valernos para esta conversación: "Para ser campeón, hay que sufrir".

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  11. El autor dice: siguiendo el criterio de “lo importante es participar” en lugar de “hay que esforzarse para ganar”. Error, hay que esforzarse para ser mejor, algo que no te garantiza ganar, que depende de otros factores además de estar bien preparado. Es tan erróneo el planteamiento que se critica como el expuesto en la frase.

    Saludos.

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    1. Gracias por tu comentario. Voy a contestar este primero, pidiendo disculpas a los que tengo en stand by, por la crítica que incluye, que a parte de ser un silogismo fácil, lo hace con un tono de arrogancia que no me ha gustado, y se esconde bajo un nick en lugar de mostrar su nombre.

      La filosofía debe de ser "hay que esforzarse para ganar", porque persigues la victoria. Pero para llegar a la victoria, evidentemente, hay que invertir en ser mejor. Y aunque "no llegues a alcanzarla", porque depende de otros factores externos como bien dices, la meta siempre será la victoria. Y lo digo entre comillas porque, el hecho de mejorar es una victoria.

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    2. Bernardo, ahora resulta que el hecho de mejorar ya es una victoria? No habíamos quedado en que lo realmente importante es ganar? Creo que nos estamos liando con las palabras. Posiblemente todos queramos decir más o menos lo mismo, aunque unos pongan más el acento en la meta y otros en el camino.Mi opinión es que hay que disfrutar haciendo el camino, si no no vale la pena.Los resultados unas veces serán buenos, otras regulares y otras malos, pero lo importante es la satisfacción personal de practicar algo que te gusta ( y de divertirte haciéndolo ).

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  12. (Exactamente lo mismo que he puesto en el FB de Leontxo)

    Estimado Bernardo, estoy gustoso en facilitarle mi nombre, no me supone ningún problema, Carlos Chiva para servirle gustósamente. Ahora bien, si cree que mi tono es arrogante, naturalmente le pido disculpas, pero leyendo y volviendo a leer lo que he escrito no hay nada que se asemeje a arrogancia. Nada más es un punto divergente a su planteamiento. No es ningún silogismo fácil, es un camino educativo que se lleva haciendo en oriente desde hace milenios, y que en nuestra sociedad se ha interpretado mal con los resultados que todos conocemos. Y no me sea tan susceptible hombre ;)

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  13. la competencia y el incentivar a los niños a mejorar es positivo,pero tampoco sin agobiarlos

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  14. O xadrez também imita a arte.Se o xadrez é a arte de viver a vida e a vida é que é mesmo curta para o xadrez, então vamos pedir mais misericórdia ao senhor nosso Deus, pra viver infinitamente mais para o xadrez.
    Mesmo sabendo que o sentido da vida não é somente o xadrez, não podemos dissociar o xadrez da nossa vida, porque ele é exatamente um instrumento capaz de nos ajudar a resolver os problemas da vida.Se educar está para a vida, então o xadrez também está para vida,pela sua importância em trazer um melhor rendimento escolar e desenvolver uma série de habilidades benéficas a qualquer ser humano.
    O ato de competir no xadrez não está nada longe da competitividade de nossas vidas.Além de concordar com Bernardo Gutierrez,em "Um sistema que educa sobre a competitividade, porque a vida é competitiva, tal como o xadrez ou o xadrez competitivo é como a vida.",vejo uma perfeita correspondência biunívoca de valores educacionais entre o próprio xadrez e a vida, inseridos na Educação para a vida.
    A dolorosa verdade, consciente de todo enxadrista para a realidade da vida, de que sempre vai existir alguém melhor ou alguém pior do cada um de nós, no xadrez ou na vida profissional,pode ser perfeitamente confortada pela "Desiderata" da vida, de que nunca devemos nos comparar aos demais, olhando as pessoas como superiores ou inferiores a cada um de nós, porque isso nos tornaria superficial e amargo.Mas se não devemos fazer tal comparação, qual seria o conforto real para o não sofrimento de nosso ego?
    A resposta a essa pergunta deve está muito fortalecida de racionalismo puro, e não podemos respondê-la falando com o coração.Prefiro voltar a Bernardo Gutierrez e concordar em "aprendermos através do esforço e da competitividade para melhorar", sendo que essa melhora é extremamente abrangente e generalizada a qualquer campo profissional da atividade humana.É a guerra pela sobrevivência, é a guerra da vida.

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  15. Ser competitivo ,si es como meta de superación es sano y saludable mientras uno esté preparado para encajar los fracasos,un niño que no sabe asimilar las derrotas puede desencadenar valores que están fuera de la deportividad e incluso dar lugar a procesos perjudiciales para su salud y mente(para poder mejorar tienes que conocer tus limitaciones de manera objetiva y luego construir a partir de estas tu escalera hacia la autosuperación y el triunfo ) ,así que la escuela está obligada a reconducir situaciones en las que un alumno rompa con estos valores, eso no significa hacernos mas débiles ,si no mas fuertes ,así que la profesora hizo lo que debía , le pese a quien le pese,"los excesos egocéntricos también son malos",la profesora no juzga de manera negativa el esfuerzo, si no el no saber encajar por parte de un alumno que no siempre se gana, para una vez que la escuela hace algo bien vamos y la crucificamos.
    Respecto a la debilidad del sistema educativo no es más que un reflejo de la sociedad en la cual nos hallamos inmersos y la nefasta labor de unos políticos que solo miran para su bolsillo tocando con mucha alegría el bolsillo de los demás y produciendo con sus leyes educativas más incultura y manipulación, a los políticos no les interesa una sociedad inteligente y crítica, porque si no, hoy en día no estarían donde están, hundiendo millones de familias mientras "ellos" son incapaces de reconocer que han sido unos ineptos y son "ellos" los que también tienen que pagar por esto y no la sociedad para la cual "ellos" trabajan ,pues es la sociedad la que les paga y la sociedad tiene que decir basta a estos atropellos. A veces se olvidan que esto es una democracia y el político de turno se debe al pueblo y no que el pueblo sirva al político de turno como si ese político se tratase "del amo del cortijo".¨" los partidos políticos actuales no están preparados para sacarnos de una crisis de la cual todos tenemos culpa pero en especial ellos porque han permitido esta situación , esta permisividad es debida a los altos indices de corrupción y al malgasto que se ha hecho con el dinero público por parte de unos y otros partidos .¿ Quién denuncia su propio partido?.yo sé la respuesta "el transfuga "

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  16. Para aportar al debate incluyo un fragmento de un texto que escribí hace poco, en ese caso hablando específicamente del fútbol usado como herramienta pedagógica, pero cuyas reflexiones podrían ser aplicadas perfectamente al ajedrez:

    "Al deporte se le atribuyen numerosas virtudes y beneficios sociales con su práctica o su uso como asignatura escolar o extraescolar. Se suele pensar que su simple oferta como alternativa de ocio constituye una herramienta pedagógica y se plasma en diversas frases: “el deporte aleja a la juventud de los vicios”, “el deporte te enseña a ganar y a perder” y muchas otras de igual grosor. Muchos jóvenes emplean su tiempo libre en el deporte y no necesariamente él los aleja de sus costumbres poco benéficas a nivel individual y a nivel social y, más grave aún, allí encuentran la validación a acciones que afectan a otros en su interacción cotidiana.

    “El deporte te enseña a ganar y a perder”: sin lugar a dudas, el deporte es un escenario propicio para enseñar a asumir dos situaciones propias del juego y de la vida misma, como ganar y perder. Pero la sola práctica competitiva, que exige la existencia de ganadores y perdedores, no implica la inteligencia de los involucrados en sus actitudes ante ambas condiciones dinámicas y variables: son frecuentes las expresiones de burla del vencedor al derrotado y, de otro lado, la falta de humildad para reconocer una derrota y las casi permanentes frases expuestas por los vencidos, buscando aminorar el valor de los méritos ajenos y la legitimidad de la superioridad (en ocasiones, no pocas, basados en hechos que así lo certifican, cuando hubo acciones ilegales dentro del juego que propiciaron un resultado).

    Luego de observar a entrenadores, tanto a nivel aficionado como profesional, que invitan a sus dirigidos a buscar el triunfo por vías poco sensatas, incluyendo el llamado a lesionar al contrario que exponga mejores condiciones técnicas, es difícil totalizar la mirada del fútbol como un contexto repleto de virtudes y un espacio de formación integral humana. En ese espacio muchos jugadores, niños muchos de ellos, son expuestos a presiones extremas de sus propios padres y entrenadores, donde el disfrute es eclipsado por el ganar a costa de lo que sea."

    http://enbola.blogspot.com/2012/06/futbol-valores.html

    Sobre el asunto de si lo que se necesita a nivel social son seres competitivos o seres que aprendan a cooperar les comparto un ensayo genial del colombiano William Ospina y sugiero su lectura, porque da interesantes apuntes sobre la educación y la competencia. http://revistanumero.com/index.php?option=com_content&task=view&id=718&Itemid=39&catid=97

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