Por Diego Londoño Galeano
Diego Londoño |
Diego Londoño es Comunicador Social-Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana y estudiante de sexto semestre de Psicología. Periodista deportivo con 12 años en el ejercicio. Director En Bola Comunicaciones, Comunicador Liga de Ajedrez de Antioquia (feb 2007- feb 2009). En radio: Todelar (2002-2003), Radio Bolivariana (2003), Vida AM (2004) y Múnera Eastman Radio (desde 2005 hasta la actualidad), Jefe de Prensa del INDER Medellín (2009-2010), Coordinador Operativo de Hinchas por la paz (2010-…), columnista de Chessbase, ajedrecista. Bigsoccer Moderator (www.bigsoccer.com, 2000- 2007). Algunos de sus textos en: Revista Semana, El Tiempo, El Mundo, El Colombiano y páginas web de América y Europa.
No comparto esa tendencia
de los autoproclamados “buenos hinchas” de restar valor a los que
no asumen de manera extrema su gusto o preferencia, ese señalamiento
de “seres de menor valor” hacia quienes gustan del fútbol pero
no se entregan a él de forma obsesiva. Quienes no “apoyan”
permanentemente a un equipo o no se alteran dramáticamente con un
resultado deportivo no tienen por qué seguir siendo señalados como
los malos de la película.
El “buen hincha”,
como socialmente es llamado quien más asiste a un estadio, quien va
a todos o gran parte de los partidos de la temporada, asume una
postura perfectamente aceptable, siempre que tenga claridad en varios
asuntos: esos otros, por los que expresa odio y antipatía, son los
que posibilitan que exista la competencia: no hay fútbol si no
existen rivales; existen hinchas de otros equipos, tienen el mismo
derecho y no son “inferiores” por tener una preferencia distinta;
y se es susceptible de actuar de manera violenta en grupo si no se
tiene una mirada crítica de hasta qué punto me comporto como los
demás por simple influencia de la masa, así tengan una camiseta del
mismo color que la mía.
Cuando esos aspectos se
convierten en las raíces de la violencia material o física podría
decir, categóricamente, que si alguien se merece el rótulo de mal
hincha son precisamente ellos. Esos que generan violencia de tipo
gestual, verbal o simbólica que propician las demás sí que son
personas dañinas, por suerte son minoría socialmente pero bastante
perjuicio el que causan. Esa mirada filial en la que el grupo
representa un modelo de “familia” y la validación de su calidad
de sujeto basada en su nivel de permanencia y constancia es una
postura sumamente extrema y con tintes fanáticos.
De los hinchas |
Bienvenida la diversidad
y créanme: quienes asumen el fútbol como una parte de su vida y no
como la vida misma tienen menos riesgo de terminar en el grado de
fanatismo que bastantes problemas sociales ya ha propiciado. Es más
probable que quien cree que “su” equipo de fútbol preferido es
el eje de su vida agreda o hasta mate por él que quien reparte su
energía vital en varios asuntos.
Claro, hablo y escribo de
fútbol y he invertido largas horas de mi vida en estudiarlo.
Disfruto del juego, de sus componentes estéticos y de la
incertidumbre del resultado; pero no tengo absolutamente nada en
contra de aquellos que dividen su tiempo en diversas actividades y,
de hecho, me parece admirable encontrarme con seres que no tengan una
etiqueta en la frente, aquellos marcados con un único y extremo
gusto.
Sí, entiendo que los
“malos hinchas” no representan los “buenos hinchas” del
negocio. No aportan tanto dinero y no posibilitan los exagerados
sueldos de futbolistas y la jubilación precoz de sus empresarios.
Pero no es mi asunto de interés. El que haya más fanáticos es más
rentable para el negocio del fútbol, pero más que en el fútbol
deberíamos pensar en qué tipo de sociedad queremos.
Este gran artículo, para mi gusto, de Diego, viene que ni pintado en esta fecha, tras los enfrentamientos del Madrid y el Barça y los comportamientos de algunos de sus hinchas.
ResponderEliminarBien es cierto que poco tiene que ver, directamente, con el ajedrez, pero les planteo esta cuestión: ¿Hay hinchas en el ajedrez? ¿Se puede aplicar este patrón de hinchas a algunos padres?
Yo creo que si.
Yo también. Hay quien se hincha de ganar, quien se hincha de perder y quien se hincha de hacer tablas. Y no quiero señalar.
ResponderEliminar