¿Dos tablas o una victoria?


Salobreña, año 2014. Campeonato de España de ajedrez sub12. De un total de 594 partidas celebradas, 127 acabaron en tablas, más de un 21%. El campeón hizo tablas en su última partida.

Roquetas, año 2016. XXVII Abierto Internacional Villa de Roquetas. De un total de 478 partidas disputadas, 118 acabaron en tablas, más de un 24%. El campeón hizo tablas en su última partida.

Linares, año 2016. LXXXI Campeonato de España Individual Absoluto. De un total de 690 partidas disputadas, 158 acabaron en tablas, más de un 22%. El campeón ganó en su última partida.

Moscú, año 2016. Torneo de Candidatos. De un total de 56 partidas disputadas, 40 fueron tablas, más de un 70%. El campeón ganó su última partida.

Decía el gran escritor paraguayo Domingo Faustino Sarmiento que “La ignorancia es atrevida”. Pues bien, como modesto jugador aficionado y dentro de mi ignorancia sobre el mundo del ajedrez, me he propuesto investigar sobre las razones que justifican que haya tantas tablas en las partidas. He elegido estos cuatro torneos al azar, siendo cada uno de distinto tipo, pero todos de partidas lentas. Como podemos ver, el resultado de tablas se repite bastante y además es mucho más habitual cuanto mayor es el Elo de los jugadores. Sin embargo, en un número preocupante de veces, el resultado final del campeón también es tablas. Que conste que no dudo en ningún caso de la deportividad de los jugadores, me limito a exponer un hecho estadístico.
¿Por qué se producen tantas tablas en el ajedrez y por qué se producen más habitualmente con los jugadores más potentes? Entiendo que la respuesta podría ser lógica: Porque la igualdad entre jugadores potentes es mayor. Sí, pero ¿por qué se producen tablas al final de los torneos de muchas rondas, cuando ya han jugado los primeros del ranking entre sí? Es evidente: Por el miedo a perder. La diferencia entre perder y ganar en ajedrez es un punto; muchísimo a la hora de un torneo igualado. Es tanta la diferencia que los jugadores prefieren hacer dos tablas en dos rondas seguidas a ganar una ronda y perder otra. Y este miedo se acrecienta cuando llega el final de los torneos. Hasta me atrevo a decir que se convierte en el eje de la filosofía de los jugadores profesionales: NO PERDER.

Y yo me pregunto: ¿Por qué no damos un giro a la filosofía de los jugadores de ajedrez utilizando las normas que la FIDE nos permite? ¿Por qué no mejoramos la competitividad en el noble juego y premiamos la imaginación, el riesgo y la victoria por encima de la igualdad? Os explicaré como:

El artículo 10º de las Leyes del Ajedrez de la Fide dice textualmente:Salvo que las bases de la competición especifiquen otra cosa, un jugador que gana su partida, o que gana por incomparecencia, recibe un punto (1); un jugador que pierde su partida, o que pierde por incomparecencia, recibe cero puntos (0); y un jugador que entabla su partida recibe medio punto (½).”

¿Alguien entiende que sea obligatorio que un jugador que haga tablas reciba medio punto o que un jugador que gane reciba 2 puntos? Desde mi punto de vista, esta norma penaliza la victoria, ya que la iguala a la pasividad del juego que busca las tablas. Está claro que las Leyes de la Fide también persiguen la búsqueda desleal de las tablas, pero todos los que hemos jugado al ajedrez sabemos que es muy difícil no pactar tablas cuando interesa y cuando el miedo a perder atenaza al jugador.
La reflexión de cambio que yo me atrevo a proponer se basa en la experiencia de la poca combatividad de los torneos, se estructura en la experiencia de otras competiciones deportivas anteriores por rondas que han favorecido la victoria antes que la falta de combatividad, y por supuesto se remata en la posibilidad que nos da la misma Fide para poder realizarlo:

¡Señores organizadores de los torneos de ajedrez! ¡Sean valientes y modifiquen las normas de puntuación de la competición para dar más vistosidad a las partidas! ¡Acojámonos a la posibilidad que la misma Fide nos permite! ¡Demos cero puntos a un jugador que pierde su partida, un punto a un jugador que hace tablas y tres puntos a un jugador que gana!


Ejemplos de aplicación de este cambio los tenemos a cientos en el deporte: La liga de futbol profesional de nuestro país, por ejemplo, adoptó esa nueva puntuación en la temporada 1994-1995, y el número de empates por temporada bajó de una media del 30% a algo más del 20%. La ambición por ganar hizo mucho más interesantes los partidos y se ganó en espectáculo, tanto al final de los partidos como al final de la competición. Sé que este no es el mejor ejemplo ya que se trata de deportes eminentemente distintos, pero hablamos de nuestro deporte-ciencia, y ningún deporte va a poder compararse al 100%.

Por último una curiosidad. ¿En los 4 torneos elegidos al azar, saben ustedes qué jugador hubiera ganado con la nueva puntuación y por cuanta distancia? En los cuatro torneos hubiera ganado el mismo jugador y prácticamente por la misma distancia…

Roberto Morales, padre, profesor y ajedrecista aficionado. 
Share on Google Plus

About Miguel Álvarez

    Blogger Comment
    Facebook Comment

7 comentarios :

  1. Estoy totalmente deacuerdo con el artículo, mejoraría el espectáculo y sin duda habría menos especulación con los resultadis y posibles repartos de premios.Tendríamos los clubes que pensarlo y en las bases proponer una norma que ya ha sido utilizada en Bilbao este año, hace un mes: la Victoria 3 puntos, el empate 1, y la perdida 0.Justamente la espuesta en este articulo ."Haría un bien al ajedrez" , sin duda alguna.J.T.G

    ResponderEliminar
  2. A mí también me parece que hay que intentar algo. El torneo de Bilbao (por lo menos el de las estrellas) no es un buen ejemplo porque excepto Carlsen (que come aparte), hubo un huevo de tablas (aunque luchadas, eso sí).
    Pero en un torneo normal ese sistema también perjudicaría a la gente que jugase por arriba porque la victoria es más difícil. Podría darse el caso de que eso incentivara que en las dos últimas rondas fuese mejor perder la penúltima para jugar con uno más asequible y poder sumar tres puntos que no pelear contra uno duro unas tablas para acabar jugando la última ronda contra otro de similar dureza al de la anterior ronda (que es lo que suele suceder con un resultado de tablas en la penúltima).
    Desde luego algo hay que intentar cambiar pero no se si ésta sería la solución definitiva.

    ResponderEliminar
  3. Fulano de tal24 agosto, 2016

    En el open paralelo al torneo de Bilbao también han hecho el 3/1/0

    ResponderEliminar
  4. Cuestión de gustos. Cuando a mucha gente le guste, lo pondrán.

    ResponderEliminar
  5. Una apología del sistema Bilbao, ¿no? Echo en falta estadísticas de las tablas en torneos que usan ese sistema, hasta dónde yo sé el porcentaje de tablas es similar.

    Para comprobar datos por mí mismo he tomado las estadísticas del último torneo que jugué yo (Open Badalona) y los del último Open de Bilbao, para comparar: las tablas son el 16.6% en Badalona y el 16% en Bilbao. Buscaría más pero los de Bilbao los tengo que sumar a mano que las estadísticas que ofrece info64(dot)org son poco útiles.

    En la práctica en un open (sistema suizo) aplicar el sistema Bilbao daría prácticamente el mismo resultado que utilizar (en un sistema de puntuación normal) el número de victorias como primer método de desempate, aunque no sé por qué razón el sistema Bilbao tiene muchísimo más glamour. Y mis pegas son exactamente las mismas que pongo a ese método de desempate: que perjudica a los que se pasan el torneo arriba y favorece a los submarinos.

    My two cents :)

    ResponderEliminar
  6. Las tablas son un resultado estupendo para una buena partida. Recuerdo el libro "¡Tablas!", Verjovsky, prologado por el rey del ajedrez combinativo, Mijail Tal. El mal no está en las tablas sino en el modo de llegar a ellas. Por cierto, eso ocurre también con no pocas victorias...

    Ya dice algo al respecto el autor del artículo: la probabilidad de tablas es más alta no sólo entre jugadores de fuerza similar sino también entre jugadores de fuerza alta. El miedo empuja a las tablas, sí, pero también la buena técnica. Los jugadores débiles de fuerza similar hacen muchas menos tablas que los jugadores fuertes de fuerza similar. (En septiembre deseo publicar, ¡ya! ¡de verdad, amigos!, mi blog, y en algún momento publicaré mis estudios sobre las tablas.).

    Así que no se trata de huir absurdamente de las tablas sino de propiciar resultados limpios y bien disputados.

    En efecto, como otros dicen aquí, si aplicamos el sistema-fútbol (3,1,0) a los torneos de ajedrez vemos que no hay diferencia significativa con las clasificaciones efectuadas según la puntuación clásica (1, 0'5, 0). Ustedes quizá saben que la puntuación 3-1-0, por ejemplo, se aplica en los Campeonatos de Andalucía por Equipos (ajedrez) con la pretensión de estimular o premiar la combatividad. Les aseguro que la diferencia en los resultados finales es insignificante. Sin embargo, este sistema 3-1-0 tiene una apariencia superficial seductora, nada justificada por los hechos. Y en un torneo suizo individual me parece un mal sistema.

    ResponderEliminar
  7. Es complicado. De ese modo das más valor a ganar a una incomparecencia y una victoria sobre uno de 1000 de ELO que hacer 5 tablas con maestros. Cosa probable en un suizo

    Quien me conoce sabe que soy más de "victoria o muerte!!" y me beneficiaría un 3/1/0, pero no veo la forma de llevarlo a cabo en ajedrez. Lo que si haría es un comité a lo feudal de jugadores fuertes, que decida si las tablas han sido luchadas o un esperpento. Y ya valorar si deben recibir menos desempate o directamente un 0-0, como las tablas de maestros que se dan cuando viene el alcalde a ver la última ronda y las 3 primeras mesas vacías.

    Estoy en contra también de restar desempate a las partidas de menos de 40 jugadas de tablas. Hay partidas muy luchadas en "miniatura" que sale mal un ataque y hay jaque continuo o repetición de jugadas. ¡Comité feudal!

    ResponderEliminar