Entrevistas: Guillermo Barranco de ayer y hoy

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Pandora y su caja
Miguel Álvarez



Zeus, preocupado por el poder de los humanos gracias al conocimientos del fuego otorgado por Prometeo y furioso con este, mandó crear una mujer que fue adiestrada en todas las artes para ser, simplemente perfecta. Pandora, fue entregada en matrimonio como presente a Epimeteo, hermano de Prometeo.
Zeus entregó a Pandora, antes de su marcha con su nuevo esposo, una caja y le digo "no la abras jamás y vivirás en felicidad" pero la curiosidad humana llega a límites insospechables y al tiempo Pandora abrió la caja, saliendo de esta los males que azotan el mundo, contrariada al verlo intento  cerrarla, casi sin éxito, pero consiguió dejar dentro la esperanza y gracias a ello, los humanos seguimos enfrentandonos a nuestros problemas y sobreviendo día a día.

¿Qué tiene esto que ver con Guillermo Barranco? Vale, lo diré de otra manera:

Guillermo, en familia
La Ley de Atracción Universal, oyente de las mentes ajedrecística, apoyandose en la teoría de la reminiscencia del alma mandó crear en Africa y nacer en Granada a Guillermo Barranco, lo formó para su futuro por tierras Africanas, (Sidi Ifni), entre bombas y chumberas y por Almería donde descubrió la necesidad de la violencia para salvarguadar la vida antes de ser entregado a la FADA en auxilio del Ajedrez, pero justo antes de ser entregado, las leyes cósmicas le otorgarón juicio y valores y le fue dicho: "Si jamás, recuerda, ¡jamás! los usas, viviras feliz y sin problemas, con esta, tu nueva familia" Guillermo, conocedor del mito de Pandora mantuvo la caja cerrada por años, pero como todo llega a su fin, también llegó su paciencia y ahora, la caja se entreabre.

- Buenas, Guillermo, hace mucho ya que no se publica una entrevista en este blog y me parece una pena. La primera fue a tu amigo y presidente de la FADA, Ricardo Montecatine (aquí); la segunda, a la IM Ana Matnadze (aquí); la tercera al presidente de la FEDA, Javier Ochoa (aquí), la cuarta a un gran amigo y mejor entrenador Luis Fernández Siles (aquí) y, bueno, es un placer para mí que hayas accedido a concederme esta, que será la quinta. ¿Cuándo tomas contacto, por primera vez, con el ajedrez? 
De forma casual, como ciertos amores. Más o menos, sería el año 1972, una buena tarde, no sabía lo que me venía encima. Varios amigos hacíamos tiempo para una cita, en la Plaza Nueva de Granada. A uno de ellos se le ocurrió decir: "¿echamos un rato en ese sitio?". Se veían los tableros de ajedrez desde la calle; era un primer piso. Subí, dispuesto a echar solo unos minutos.

- ¿Una cita? ¿Algo interesante?

No, nada especial. No acudí a la cita. El ajedrez me atrapó por el cuello.

- ¿Como resultó tu primera cita con el ajedrez?

La recuerdo muy bien. Me enfrentaron al amo del lugar... Esa era la costumbre: ponían al visitante contra su mejor jugador... y cacique. El club estaba en un lugar de paso turístico y solían recibir visitas. Incluso tengo mi sospecha de que por allí recaló una vez Bobby Fischer. Aquel cacique jugaba siempre con negras y con reloj. Tras la primera partida, mejor dicho, tras jugada y media me juzgó perfectamente: yo era un pardillo. Me concedió el triple de tiempo en las restantes partidas.

Ese hombre era interesante: cabeza pequeña sobre un tórax potente, en torno a los sesenta años, bigote casi a lo Hitler, mentón fuerte, cejas pobladas, nariz de águila y, sobre todo, ojos fieros. Una media sonrisa displicente... No estaba volcado sobre el tablero. Echaba su puño, tras un gesto de remangarse o con un ligero suspiro. Se apoyaba ladeado sobre el respaldo de la butaca, una pierna sobre la otra (se quejaba un poco, luego supe que era una herida de guerra...). Fumaba con elegancia un cigarrillo en pipa, mirando casi casualmente el tablero. Eso me llamó la atención, ese trato al tablero como si fuera una herramienta familiar. Sus jugadas eran pausadas: Pulsaba el reloj, del que yo estaba pendiente constantemente, con una calma infinita... Una media sonrisa, simpática, de aristócrata inglés, acompañaba sus jugadas. Por mucho que yo corría él siempre mantenía el tono, sin apresurarse jamás pero sin que el tiempo pareciera correr en su contra. Cuando el pinganillo aquel caía, tomaba con calma el reloj y hacía un comentario, mirando hacia la plaza: "¿Otra partida? Le doy a usted las blancas. ¿No sabe usted que las blancas tienen ventaja...?". ¿Como era posible que alguien me ganara una y otra vez usando unos pocos segundos? Aquel juego no era como las tres en raya o el parchís. No. Alli había gato encerrado.

Estuve unos años y, después, me aparté algunos años más antes de regresar al ajedrez... definitivamente.

- ¿Recuerdas qué club era?

¿Cómo no voy a recordarlo? Eché años allí y llegué a dirigirlo. Era un club histórico, la Real Escuela Granadina de Ajedrez, o sea R.E.G.A., por el apellido del cacique del club, don Jacinto Rega, siempre con el don delante, que pagaba el alquiler y los cafés y daba las órdenes y monopolizaba el ajedrez con reloj. Prohibió ponerle su apellido, aunque su humildad no podía oponerse a un acróstico que coincidiera casualmente con su apellido. En todo caso, era el único club de ajedrez que fuera Real...como el Real Madrid.

Mi club tenía su entrada en la calle Hermosa, una de las calles más feas de Granada en aquel tiempo, aunque tenía un bar famoso por sus boquerones, tan suaves que les llamaban "sesos". La entrada era cutre pero tenía balcones sobre Plaza Nueva, lugar especial de Granada, y veíamos la Torre de la Vela desde los tableros y también las peleas en la plaza.

Aunque nuestro ajedrez, el del club, era nuevo para mí, la realidad es que se trataba de un ajedrez vetusto, caduco, cerrado sobre sí mismo y deliberadamente enemigo del exterior; y era marginal. Los relatos siempre eran en pasado y eso incluía fascinantes historias de la guerra civil. Cierta vez, mientras tomábamos café, don Jacinto me presentó al famoso Pepiniqui (Rosales). Yo no tenía ni idea pero por aquellas esquinas deambulaba la vieja Granada. Luego ya supe que había sido una las figuras principales que intentó salvar a su amigo el poeta García Lorca. En aquella época escuché cosas que luego ví escritas en algún libro.

Estábamos al margen de la vida "oficial" federativa en la que teníamos prohibido participar por orden de nuestro cacique. No sólo conocí el ajedrez sino también, salvo excepciones, a una gente mayor y vencida. Recuerdo que solía volver a casa con otro socio, el Sordo, aparentemente pacífico y sonriente, y un mal día nos enteramos que había matado a su hija, a su yerno y a sí mismo.

Mi club era tan extraordinario que había organizado en los años sesenta uno de los primeros torneos internacionales de Andalucía y había acogido a Edmundo Lasker, el de la Bella Holandesa, y a su mujer.

A pocas calles de nosotros descubrí, algún tiempo después, que existía el Club Granada, una pequeña habitación en la que se hacían los campeonatos. Todo el mundo oficial era eso y, además, el Centro Artístico (para un puñado de gente mayor) y el Club Don Bosco (para un puñado de gente joven).


 - ¿Algún logro a mencionar como jugador? 
Fui varias veces campeón social de mi club; finalista en el Campeonato Absoluto de Granada; subcampeón del Open de Motril, tras José A. Salvador, un año en que participaron los mejores de Granada y Almería. El cacique de mi club me decía que haría de mí un maestro internacional... No sé si impresiona este historial. ¿No? 

- ¿Cómo o por qué pasa de jugador a árbitro?
 

 Estaba tan enamorado del ajedrez que no me conformaba con las partiditas de cada tarde. Alguien tenía que organizarme torneos... Pero o los organizaba yo o no los organizaba nadie. No tenía idea, así que me inventé algún sistema de competición. Hasta que cayó en mis manos un libro de la colección Bruguera en el que me informé por primera vez lo que era el sistema suizo.
En torno a 1981 o 1982 me cazaron en la Federación Granadina. Echaba una mano a su presidente, Cayetano Guirao. Cuando éste dimitió me negué a sustituirlo y eché una mano a su sucesor, Felipe Alva.

No me habría gustado dejar de ser jugador pero pasé a organizador de club. No me habría gustado dejar de ser directivo de club pero un mal día Felipe Alva desapareció (lo he vuelto a ver hace pocos meses) y me engañaron proponiéndome que me hiciera cargo de la federación granadina ¡por unos meses! 

- ¿Cuál ha sido tu situación más incómoda como árbitro? 
¡Buf! Hay un puñado. En general, son aquellas en las que intervienen los organizadores y, raramente, los jugadores. Por ejemplo, aquella en la que el organizador me pedía enmendar un pareo para beneficiar a su hijo. Resultó repugnante y humillante. No me volvió a llamar y tardó bastante en pagarme. O aquella vez que me pidieron firmar un torneo falso. Me negué y jamás me volvieron a llamar a ese sitio. O aquella vez, verdaderamente demencial, en un Abierto gallego donde un directivo nos perseguía como un tábano tratando de embrollar e impedir que se descubrieran los hechos. O cuando cometí un error grave en una partida, perjudicando a Ismael Terán. (Hoy ya soy infalible...). Un árbitro debe ser valeroso o no es nada. El valor tiene un coste personal.

- En tu etapa como delegado provincial de Granada, hiciste muchas cosas, ¿De cuál te sientes más orgulloso? 
No fui delegado sino presidente... ¿Hice muchas cosas, Miguel? Siempre he dicho que el prójimo no sería capaz de escribir más de dos líneas sobre tus logros. En cambio, yo puedo escribir páginas y páginas... Jeje.

Si tú quieres detectar a un enemigo mío hay un test casi infalible... Si dice de mí que soy un teórico o un ideólogo o que mis hallazgos son los reglamentos de la FADA...ten por seguro que no me ama demasiado.

- Insisto: ¿de qué te sientes más orgulloso?

De la capacidad para animar a muchos y compensar a los que tenían mayores dificultades (con esa finalidad "inventé" el suizo por zonas, por ejemplo); llegó a existir en Granada un ambiente muy estimulante. Y, especialmente, estaba contento de la estructura del ajedrez escolar y del funcionamiento de las escuelas; llegamos a rozar un salto cualitativo muy fuerte pero todo terminó hundiéndose.

Me enorgullezco de mi hostilidad a la segregación del ajedrez femenino, esa estupidez. En la FADA me alegro de bastantes propuestas que formulé y, particularmente, por haber defendido, en un momento crucial, lo que después fueron los JJDDA. O por haber facilitado la fórmula para la autonomía provincial. O por haber puesto en marcha el Elo andaluz (que tuvo feroces adversarios). O por... (¿me callo? Vale).

- Ahora que ves los toros desde la barrera ¿Lamentas algo del funcionamiento de su Delegación? ¿Tras el cese de Cañete, te presentarás nuevamente?
Jamás pensé que se llegaría a lo que ahora he visto y he sufrido personalmente.

¿Como puedes ni imaginar que vuelva al redil...? Nunca mais... Para hacer estas cosas tienes que estar en un estado de entusiasmo, conjugado con falta de lucidez, que no es el mío actual. Y se requiere pensar en una tarea que necesita mucho tiempo, demasiado. 

- A raiz de tu incursión en el mundo "federacional" entraste en la "cúpula" de la FADA. 
No. Nunca he tenido un cargo "sobresaliente" en la FADA. He sido directivo, como presidente provincial de Granada y un asambleísta más. ¿Te vale si te digo que soy uno de los pocos "padres fundadores" de la FADA? 

- ¿Cómo funciona la FADA? ¿Se sacan más amigos o enemigos? ¿Cómo recuerdas aquella etapa? 
Apenas hay que hacer nada para conseguir un enemigo, y un amigo hay que sudarlo mucho. Uno cosecha enemigos gracias a que tus defectos se suman a los suyos. Por eso abundan y luego se cultivan solos. En cambio, para los amigos hay que unir virtudes, que siempre son escasas. Los amigos hay que cultivarlos. 

Conservo algún amigo, algunas amistades y muchos momentos amistosos. 

¿Que te diga algo más? Bueno. Llegó un momento que ir a las asambleas se convirtió en una pesadilla para mí y dejé de ir, lo que probablemente agradecieron algunos.

- En la intro de esta entrevista he puesto: "su amigo Ricardo Montecatine", ¿qué hay de cierto en ello?
Como sabes, muchas enemistades se construyen sobre un malentendido. Creo que a muchas amistades les pasa lo mismo.

-Tengo que hacer una pregunta, llamemoslá obligada, ¿si Guillermo hablase...?
Eso me dicen muchos, incluido tú. ¿Por qué? ¿Intuyes que hay algo más en esta pacífica charca...? La FADA tuvo muy malos comienzos y nunca se ha enmendado del todo. Nunca ha dejado de tener un nivel demasiado oneroso de corruptelas, algunas de ellas muy graves.

Pero ya digo algunas cosas, Miguel, de vez en cuando. Por ejemplo, sobre el enésimo "gran cambio" de la competición por equipos (el de los grupos de 6). La respuesta que recibí fue arrogante, ofensiva. Sólo hubo que esperar unos meses para contemplar ¡otro "gran cambio"! (el de los grupos de 8), quedando abortado el anterior. Absolutamente todos estos cambios se hacen por intuiciones e impulsos o presiones localistas y personales, que han influido en un inacabable retoque chapucero. El resultado final es un desastre.

La organización de nuestro inteligente deporte no tiene ni sombra de un plan estratégico. ¿No notan que es imprescindible? Es una organización en declive que necesita imaginación pero toda la imaginación existente es la que gastan los jugadores ante el tablero... Es una organización que no tiene dinero pero gestiona con poco aprecio al capital humano que sería su salvación; incluyendo muchisimo más atención y respeto a las familias.  

¡Y ya basta!
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6 comentarios :

  1. Grande Guillermo , vale mas por lo que calla que por lo que cuenta , como la Belen Esteban ...... me entiendes.

    Por cierto ya sabia jugar al ajedrez cuando yo ni había nacido, conclusión ........debo ser muy joven

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  2. Gracias por la entrevista. Guillermo un abrazo desde Córdoba de tu " amigo" Pedro Navarro.

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  3. Gracias por la entrevista. Guillermo un abrazo desde Córdoba de tu " amigo" Pedro Navarro.

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  4. Todo una leyenda viva.
    Se nota que ama tanto a Caissa como muchos de nosotros.
    Si tienes una foto de ella mándamela

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  5. Gracias por vuestras amables palabras, Francisco, Pedro y Fernando.

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  6. Estoy esperando para ver una segunda parte de la entrevista o una tercera (segundas partes nunca fueron buenas). Por lo que leo en ésta, cuentas tus inicios, algunos inicios del ajedrez granadino y luego pasas bruscamente (o mejor dicho pasa el entrevistador) a cuestiones federativas y relaciones entre ellos.
    Echo en falta más preguntas de cómo "coges" la federación granadina y cómo la dejas al final. Si el futuro se ve mejor que el pasado y cosas de ese tipo.

    Pero por lo general, tus respuestas novelescas, atrapan al lector (al que quiera leer) y se te ve algo más de "humanidad" dentro de tu deidad. Enhorabuena Guillermo y Miguel.

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