"¿Tablas? Espera, el árbitro decide"

Miguel Álvarez


Aún recuerdo cuando jugué mi primer torneo de ajedrez, un Open de Huercal de Almería. Recuerdo ver luchar a los maestros con nosotros, los aficionados, y como estábamos llenos de ilusión con el deseo de ganar alguna partida, sobre todo a los maestros más comunes en la zona, Luis María Campos y Carlos García. Ibamos preparados, a base de Petrov y Philidor, hasta donde alcanzaban los medios de la época, aunque resultaba casi imposible raspar unas tablas...

A medida que se iban acercando las rondas finales y los maestros jugaban entre ellos, las partidas duraban menos, acordaban tablas, no querían, no se fiaban, no arriesgaban su trabajo, su elo, su pan...

Hombre, no quedaba bonito para la organización, puede ser, los aficionados no siempre veíamos luchas a muerte en las últimas rondas, puede ser, pero es que no siempre tiene que haber luchas sangrientas, ni tienen por qué ganarse todas las partidas...

Pensemos que antes de llegar a las últimas rondas hubo otras anteriores. ¿Qué pasó? Si algunos pueden hacer tablas sin jugar es porque en esas rondas anteriores ya rindieron y lucharon. ¿Por qué obligarles a arriesgar, a fastidiar un trabajo previo realizado de forma excelente?

Hasta aquí todo iba bien pero los organizadores, cubriendo esa necesidad humana de autocomplicarse la vida, se sacaron de la manga la postestad de decidir si se podían o no acordar tablas en sus torneos. La FIDE lo corroboró con la nueva regla siguiente:
Las bases del torneo podrán prohibir a los jugadores acordar tablas bien antes de un número concreto de jugadas o bien en ningún caso sin el consentimiento del árbitro.
Comenzaron a surgir, como moscas en la mierda, infinidad de reglas contra o para el acuerdo de tablas:


Sistemas CON juicio arbitral sobre la posición:
  • Regla de Sofía: Las peticiones de tablas se realizarán únicamente a través del árbitro principal y solo ante estas situaciones: rey ahogado, triple repetición de jugadas, jaque perpetuo o una posición igualada. La limitación para una posición igualada suele establecerse si hay menos de 40 jugadas. En el Torneo M-tel de Sofía (2005), donde se estableció la regla, también era preceptivo que el árbitro recibiera el visto bueno de un Gran Maestro, contratado para esta finalidad.
  • Regla FEDA (recogida por FADA y otras federaciones): No se podrán realizar tablas por acuerdo entre los jugadores en menos de 30 jugadas, sin consentimiento del árbitro. Se añade que tal consentimiento debe ser excepcional pero sin ninguna aclaración que defina cuando es admisible tal consentimiento excepcional. Quizá por eso, en campeonatos oficiales de Andalucía, hay algún árbitro que ha decidido ignorar esta regla, y además porque es fácilmente burlable con la triple repetición.
Aquí nos encontramos con dos dioses: el organizador que nos dice cuando podemos o no hacer tablas y el árbitro que juzga, porque la regla supone que sabe más de ajedrez que nosotros, si nuestra posición es o no de tablas.
Sistemas SIN juicio arbitral sobre la posición:
  • Regla de Bilbao: lleva al ajedrez el sistema de puntuación practicado en el fútbol. Es decir, se valora como 3 la victoria y como 1 las tablas. La Regla de Bilbao suele combinarse con la Regla de Sofía en un mismo torneo. 
  • Regla Barranco (I, "mínimo jugadas progresivas"): Se pueden acordar tablas si la partida alcanza un progreso suficiente e irreversible, es decir, si se despliega un mínimo de competencia o lucha efectiva. Tal progreso se mide de modo objetivo por el número de jugadas progresivas realizadas por uno cualquiera de los jugadores (usualmente se exige alcanzar un mínimo de 12 a 15, pudiendo ser otra cifra, según se desee menor o mayor rigor). Son jugadas progresivas las de peón y las de captura. El fundamento es el mismo de las clásicas tablas por 50 jugadas; en un caso se mide el estancamiento; en el otro, el progreso.
  • Regla Barranco (II, "tablas prematuras a efectos de desempate"): Si se hacen tablas por acuerdo (opcionalmente por triple repetición y por ahogado) en menos del número prefijado de jugadas (usualmente, 25 o 30 jugadas) son aceptadas pero cuentan como cero a efectos de primer desempate (1 por victoria; 0'5 por tablas; 0 por tablas prematuras; 0 por derrota).
  • También puede exigirse un mínimo de 60 minutos de sesión de juego; en caso contrario, también se pueden considerar las tablas como prematuras a efectos del desempate definido arriba. 
  • Regla Barranco (III, "combinado"): Hay diversas posibilidades muy potentes de combinación del sistema "Barranco-jugadas progresivas" y del sistema "Barranco-efecto de desempate". Entre las diversas posibilidades, un ejemplo: exigir un número mínimo de jugadas progresivas para el acuerdo de tablas, y resolver el problema de los otros modos de tablas prematuras (por triple repetición, por ahogado) valorando tales tablas como cero a efectos de un primer desempate, si se producen antes del prefijado número de jugadas progresivas. 
  • Sistema Aguilera: En caso de tablas se reparte de forma desigual el punto, 0'6 para uno y 0'4 para el oponente; en el acuerdo de tablas el proponente recibe 0'4; en la reclamación de tablas por 50 jugadas, el reclamante. En las tablas por jaque continuo se asigna 0'4 al que da los jaques. Si se produce un circulo vicioso de repeticiones y nadie reclama, corresponde intervenir al árbitro, que declara las tablas y asigna 0'5 puntos a cada jugador.
  • Sistema Arranz: Este sistema consiste en aplicar, 0'6 puntos a las negras y 0'4 a las blancas, en los casos de tablas. Pobre del Elo 2000 que con blancas le haga tablas a Carlsen.
¿Debemos complicarnos la vida? ¿Sirven de algo estas normas? ¿No puede un jugador buscar una linea de igualdad? ¿No puede un GM hacer 30 jugadas al toque y buscar las tablas en 2 minutos?

Y lo más importante: ¿Qué hacemos con la triple repetición? Supongo que alguien ya lo habrá pensado, pero simplemente con eso, con una triple repetición, todos los árbitros del mundo, reglamento en mano, tienen que "bajarse los pantalones", dar tablas y meterse todas estas normitas de los organizadores en... digamos los bolsillos.
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6 comentarios :

  1. Totalmente de acuerdo con la exposición, aunque respeto como no puede ser de otra manera la opinión e ideas de los demás y cambios que se quieran o que se están haciendo, pero lo de compartirlas es otra cosa.

    Mucho tiempo se le dedica al pacto de tablas, en algunos casos menospreciando a quien las hace, y hay algunos detalles de sala, que dedicándole un poquito de tiempo si mejorarían mucho el bienestar y molestias en los jugadores "el silencio en las salas". Creo que es mas perjudicial para el ajedrez esto ultimo y algo que voy a apuntar después, que las tablas. Pero claro eso va en función de cada arbitro y organización.

    Un ejemplo de este tipo fue el arbitro que se llevo a comer a sus hijos con sus correspondientes tupper, correteando estos por la sala, mientras los jugadores mas cercanos a los hechos se indignaban.
    Después también está el organizador y árbitro (esto si me parece grave) que oculta los desempates hasta la ultima ronda, incluso después de decirlos de palabra al final sacan otros distintos.Estos hechos son los que hay que intentar evitar o mejor erradicar, y entonces el ajedrez tendrá una base solida para poder fijar una serie de cambios en pro de la ética y el honor.


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  2. Yo ciertamente creo que cada uno debe ser dueño y señor de partidas y decidi sobre estas como le plazca y si el problema es para el organizado, pues que no lo invite más...Sera por jugadores

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  3. Estemos de acuerdo o no con las decisiones de las organizaciones, lo que si tengo muy claro es que hay que respetarlas. A mi no me gusta que venga alguien a quejarse en alguno de mis actos una vez que este conoce las bases y que estas cumplen sobradamente con todo lo estipulado en las normas y leyes que rigen este deporte.

    Es de agradecer en muchísimos casos la labor que hace gente de forma gratuita para que se eche un rato de ajedrez y para que haya "mirones", como para ponerle pegas. Y otra cosa es sacarse unas normas o desempates que mas que veneficiar perjudica (opinión personal) a los artistas del
    tablero.

    Por cierto, nunca una creación se vendió tan barata, como una partida de ajedrez, incluso no es que os paguen por ella si no que tenéis que pagar, pero como digo son las normas organizativas y yo desde la parte que me corresponde, que poco o nada es, siempre estaré de acuerdo con ellas, pero no me vale que a un jugador le suene el móvil y partida perdida y si es del club organizador no pase nada (ejemplo).

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  4. Lo he escrito en alguna ocasión. Nuestra atención, y nuestra admiración, inevitablemente se centran más en los deportes sin tablas. En los esfuerzos agónicos (o épicos) por escapar al drama de una derrota. Tenis o Baloncesto son dos casos claros.
    No es nada edificante ver a dos equipos de fútbol jugando a no jugar, a empatar. También puede decirse que ellos lo hacen porque antes se dieron ciertos resultados que les daban licencia para protagonizar ese espectáculo nada deportivo, pero no deja de ser lamentable y un fraude.

    Sin entrar a discutir la interesante lista que has elaborado, me quedo con dos principios: a) obligar o incitar a luchar y b) respetar el resultado de tablas en una partida de ajedrez.
    No me convencen los 0,4-0,6, o los 3-0-1, etc. ya que en todos los casos cabe el estudio matemático y la correspondiente componenda. Veo la regla de las treinta jugadas como algo meramente aceptable pero sin dejar de ser un simple mal menor para salvar apariencias.

    Intuitivamente prefiero enfocar los objetivos a) y b) así:
    1. Se disputa la partida normalmente y termina en tablas en x jugadas, 5 o 70. A efecto de Elo se computa como tablas (esto no es esencial).
    2. A efectos de la clasificación del torneo, sea liga o sea suizo, se celebra a continuación una partida de 5 minutos (parece razonable cambiar colores pero tampoco esto es lo esencial), y si es tablas otra y otra. Al final sube un 1 y un 0 a la tabla clasificatoria. Puede llevar entre 10 y 30 minutos más.

    ¿Qué sucedería? Que los jugadores "buenos" en blitz estarían más dispuestos al empate y los "malos" preferirían jugar más tiempo la partida lenta. También podría suceder que el jugador con más Elo no quisiese arriesgar un cero en el blitz y prefiriese jugar la lenta aunque la posición no le gustase mucho.
    En todo caso se produciría un curioso juego psicológico.
    Algo parecido se veía en los matches a dos partidas en el Mundial KO de la FIDE. Algunos jugadores no forzaban mucho en las lentas confiando en su pericia en las rápidas. Otros apostaban más por luchar en las lentas.
    Si queréis podéis poner en los sistemas de desempate las tablas de las partidas lentas. Pero las clasificaciones serían sólo con unos y ceros. Y cuándo hay ceros o riesgos de ceros no hay trampa posible. Hay que jugar.

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  5. Siempre suelo argumentar lo mismo en cuanto a las ideas para reducir el número de tablas o evitar tablas prematuras. Pienso que la mejor manera de "castigar" a un jugador que hace tablas es verse adelantado en la clasificación por otro que ha ganado su partida. Si se tratase de la última ronda con opciones a premio, no se se le pueden poner trabas ya que ha demostrado durante las rondas anteriores que ha ido ganando sus partidas. Es parte de la estrategía. Resumiendo, es un resultado legítimo y si el rival no está de acuerdo, simplemente tiene de rechazar la oferta de tablas e intentar ganar a su oponente.

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  6. La organización es la dueña y señora del torneo o campeonato. Es a esta a la que le corresponde poner las normas del mismo. Si la organización decide poner trabas al empate entre jugadores (ya sea con la sana intención de darle vistosidad al torneo de cara al público aficionado o con la mala idea de fastidiar a cierto jugador tablifero que año tras año se lleva el primer puesto)está en su derecho. Si la organización se a molestado en buscar patrocinadores, local de juego, material, premios, arbitro y demás componentes indispensables ¿Porqué no puede restringir ,a efectos de puntuación en el torneo, la conclusión en tablas? De igual forma cada jugador es libre de acudir a un evento o no y decidir si las normas de la organización son de su satisfacción o no. Si no nos gusta una norma del torneo, quejémonos a la organización y si esta persiste decidamos si nos interesa jugar o irnos de cañas.

    Un saludo.

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