Del uso político del ajedrez

Bernardo G. Ripoll

Esta mañana me llegaba un mail que contenía una imagen. En principio pensaba que se trataba de una broma, un panfleto político, pero al ir bajando descubrí que se trataba de un torneo de ajedrez. Un torneo organizado por un partido político (Izquierda Unida) con el slogan “En el día de la República, dale Jaque al Rey”.

Por mi formación jurídica lo primero que me ha venido a la mente han sido los posibles delitos en los que podría incurrirse.

Reza el artículo 56 de nuestra Constitución que “el Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado Español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las Leyes.”

Siendo el Rey símbolo del Estado, podríamos estar incurriendo en un delito de ultraje a España tipificado en el artículo 543 del Código Penal que textualmente dice: “Las ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad, se castigarán con la pena de multa de siete a doce meses.”


Pero no quiero convertir estas breves líneas en un debate sobre si preferimos un Estado monárquico o una república. Todos estamos al corriente de los escándalos recientes de la Casa Real y no creo que sea el lugar de debate.

En lo que me quiero centrar es en el uso de este bello deporte con fines políticos partidistas. Un deporte que se caracteriza, o debe caracterizarse, por ser un deporte de caballeros. Donde el respeto es el principio fundamental del juego. Un deporte que no entiende de colores ni de edades, ni debiera entender de partidos políticos o formas de gobierno.

En los años que llevo en este maravilloso mundo del ajedrez he conocido a jugadores, árbitros, organizadores, padres,… de todas las ideologías posibles, sin importar demasiado esto. Algunos hasta se han convertido en grandes amigos gracias a lo que nos unía, el Ajedrez. Y por esto, me aflige encontrar este vil uso de un deporte tan noble.

¿Qué opináis de la politización del ajedrez? ¿Qué opinión os merece este tipo de eventos? ¿Deberíamos incluir un artículo 12.1 BIS en el reglamento de la FIDE que rezase “los organizadores no tomarán acción alguna que desprestigie el juego del ajedrez”?

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